Descubre Doha en una escala
Con un equilibrio entre cultura y modernidad, el encanto relajado de Doha ofrece un encuentro más auténtico con Arabia.
El horizonte de la capital de Qatar, Doha, está formado por un rascacielos único al lado de otro, que se eleva contra los paisajes desérticos por un lado y las cálidas aguas del Golfo Arábigo por el otro. Sin embargo, la cultura y la religión que permanecen en el corazón de este país siguen siendo muy evidentes; es como si Doha hubiera abierto la llave para abrazar el futuro sin dejar de ser fiel a su herencia árabe.
Del desierto a los muelles
Desde el aeropuerto de Doha sólo hay 20 minutos en coche hasta el centro, donde el horizonte de la ciudad de torres y columnas futuristas parece surgir del desierto, y culmina en West Bay, donde se encuentran dos de los mayores destinos comerciales de Doha: City Center Mall y Gate Mall. Para disfrutar de las mejores vistas del impresionante frente marítimo de Doha, camina por The Corniche, el paseo marítimo donde a los lugareños les gusta hacer footing y contemplar las increíbles vistas de su ciudad, o dirígete a un dhow tradicional qatarí para disfrutar de las mejores oportunidades fotográficas panorámicas. Si quieres ver cómo vive la otra mitad, toma un taxi hasta The Pearl-Qatar. Construida en un antiguo emplazamiento para el buceo de perlas, un comercio frecuente en Qatar antes del descubrimiento del petróleo, esta isla artificial alberga a unos 12.000 residentes, con apartamentos de lujo, boutiques de diseño y puertos deportivos llenos de yates privados.
Cultura y tradición
Lejos de permitir que los esfuerzos de modernización invadan su cultura y sus tradiciones, los qataríes se esfuerzan por preservar y exhibir su historia de la forma más gloriosa posible, como en el Museo de Arte Islámico. Este museo ha adquirido fama internacional por albergar más de 1.400 años de arte islámico, desde raros manuscritos del Corán hasta los intrincados interiores de una tienda mongola del siglo XIII, que se cree que es la más antigua que se conserva. Y, al más puro estilo qatarí, el edificio es tan famoso como su contenido. El arquitecto ganador del premio Pritzker, I. M. Pei, cuyo trabajo anterior incluye el Louvre, salió de su retiro especialmente para diseñar esta maravilla, y el resultado es una estructura de estilo geométrico armonioso y sorprendente.
Después de descubrir el pasado de Qatar, sólo hay un lugar para volver a sumergirse en el presente. Cualquier estancia en Doha, por breve que sea, no está completa sin una visita al zoco Waqif. Restaurado a su antiguo esplendor, se puede venir aquí para ver a los lugareños socializar con un café árabe, y unirse a los viajeros que deambulan deliciosamente por los estrechos callejones, curioseando por los diversos puestos de todo tipo, desde especias embriagadoras hasta tesoros de oro.
En medio del bullicio del mercado está, sin duda, el mejor lugar para probar también la cocina de Qatar. Adoptando sabores y métodos de cocción de otras cocinas, encontrarás un montón de platos tradicionales locales que han sido acogidos aquí, como el querido Umm Ali (un postre parecido a un budín de pan procedente de Egipto) y el plato nacional, el machboos (una receta de carne, verduras y arroz cocinados con ricas especias como canela, cardamomo y clavo), cuyas variaciones se comen en todo Oriente Próximo. Y aunque se puede pedir fácilmente una Coca-Cola, sería una pena irse sin probar el karak, una variante qatarí del masala chai indio (té negro especiado) deliciosamente endulzado con leche condensada.
El aeropuerto de los mil millones de dólares
El ultramoderno y multimillonario Aeropuerto Internacional de Hamad debe ser una de las experiencias aeroportuarias más agradables del mundo. Los vestíbulos están decorados con obras de arte, hay cafeterías en las que se piden bebidas y se entregan en mostradores de oro martillado porque, bueno, por qué no, y si te apetece regalarte un nuevo reloj Rolex o unas gafas de sol BVLGARI, puedes pasar por una de las tiendas de diseño del aeropuerto antes de dirigirse a tu hotel.
Aventuras en el desierto
Si vas a pasar más de un día en Doha, te recomendamos que te alejes a paisajes más naturales, donde el clima árido de Qatar puede experimentarse en su estado más puro. Con una excursión por el desierto de Gulf Adventures, a poco menos de una hora por carretera te alejas de las civilizaciones y te adentras en las onduladas dunas de arena que se extienden hasta donde alcanza la vista, y una de las actividades imprescindibles es el "dune bashing", en el que se puede montar en un estimulante paseo mientras un hábil conductor de 4x4 acelera hacia arriba y hacia abajo por el terreno siempre inclinado. Sin embargo, lo mejor del desierto catarí es un fenómeno natural poco común que querrás ver por segunda vez antes de creerlo. El Khor Al Adaid, también conocido como Mar Interior, es lo más parecido a un oasis de la vida real. Procedente del Golfo Arábigo, este estanque de agua salada y brillante está rodeado casi por completo de arena, y saltar desde la arena al agua es la mejor experiencia qatarí.
Escalas de lujo
En Doha hay excelentes lugares para alojarse, con hoteles internacionales de primer orden como el Shangri-La y el Ritz-Carlton, que cuentan con una impresionante decoración de Oriente Medio y spas de primera categoría. Es aún más fácil incorporar Qatar a sus vacaciones antes de continuar con destinos como las Maldivas, las Seychelles, Sri Lanka y Bali.
La mejor época para visitarlo
El clima desértico de Qatar provoca veranos húmedos y calurosos, con temperaturas de hasta 50⁰C. Aunque hay excelentes instalaciones de aire acondicionado en toda la ciudad, si no se está acostumbrado al calor extremo, se recomienda viajar entre octubre y mayo para una estancia más cómoda. En noviembre sigue siendo seco y cálido, con una media de 25⁰C, y las noches más frías sólo alcanzan mínimas de unos 15⁰C en enero.
