Cómo disfrutar del vuelo y reducir el jet lag
Por mucho que anhelemos llegar a nuestro increíble destino, a pocos nos gusta la idea de perder las preciosas primeras horas de nuestro tan esperado descanso por los efectos del vuelo y el jet lag. La buena noticia es que tenemos algunos consejos sencillos para ayudarle a aterrizar en su destino sintiéndose preparado para aprovechar al máximo su viaje...
¿Qué es el jet lag?
El jet lag es la sensación de cansancio, que puede (para algunos) ser bastante intensa, que se produce cuando volamos a través de zonas horarias en ruta hacia nuestro destino de vacaciones. Se produce porque nuestros relojes internos siguen un ritmo natural de 24 horas, controlado por un reloj maestro en nuestro cerebro. Este reloj maestro está influenciado por la luz del día y la noche. Cuando cruzamos zonas y los horarios diurnos y nocturnos se alteran, no es de extrañar que nos sintamos un poco desorientados. Esto suele durar hasta que nuestros relojes corporales se ponen al día y restablecen el llamado "ritmo circadiano", que nos permite acostumbrarnos a los nuevos horarios de sueño, vigilia y alimentación.
Al igual que los científicos han identificado las causas del jet lag, también han podido desarrollar algunos consejos sensatos y fáciles de seguir para ayudar a nuestro cuerpo a adaptarse a los efectos de los viajes de larga distancia en avión... Os dejamos algunos consejos para sobrellevar el jet lag.
Antes de viajar
Viajando hacia el Este
- Si tu destino de vacaciones te obliga a viajar hacia el este, esencialmente "pierdes tiempo". Para ayudar a tu cuerpo a afrontar mejor este cambio de hora, intenta, entre los siete y diez días anteriores a la salida, acostarte antes de lo habitual. Si consigues cambiar gradualmente la hora de acostarte, de modo que acabes durmiendo una o incluso dos horas antes de lo habitual, puede ayudarte a adaptarse más fácil y rápidamente a la nueva hora de tu destino.
- Para ayudarte a dormir antes de lo habitual, intenta: evitar las bebidas que contengan cafeína entre 6 y 8 horas antes de acostarse. Esto puede ayudar a que nuestro sistema nervioso se ralentice y se prepare para el descanso. Tomar una infusión de manzanilla antes de acostarse o un vaso de leche caliente. Ambos parecen ayudar a nuestro cuerpo a calmarse y prepararse mejor para el sueño. Tomar algunos carbohidratos a la hora de la cena, como patatas, pasta o arroz; estos también parecen ayudar a ralentizar y calmarnos después de comer, preparándonos para dormir más fácilmente. Evita el alcohol porque, aunque puede ayudarte a conciliar el sueño más rápidamente de lo habitual, sus efectos tienden a despertarnos y a interrumpir las fases vitales del sueño profundo más tarde en la noche.
Viajando hacia el Oeste
- Si tus vacaciones implican un viaje hacia el oeste, "ganas tiempo" y tienes un día más largo. Nuestro cuerpo se adapta mejor a la prolongación que a la reducción de los días, por lo que vale la pena intentar acostarse una o dos horas más tarde de lo habitual en las semanas previas a las vacaciones en esta dirección.
También recuerda...
Para algunos, volar es una parte emocionante de las vacaciones, para otros el proceso es un poco más estresante. Mantener el estrés al mínimo puede ayudar a reducir el impacto del jet lag.
- Prepara tus maletas con antelación al viaje. Así tendrás tiempo de comprar los extras que puedas necesitar antes de salir. Parece una obviedad, pero ninguno de nosotros necesita la ansiedad añadida que provocan las prisas en el aeropuerto para abastecerse de bronceadores y cremas hidratantes de última hora.
- Viajar con el menor equipaje de mano posible facilita la estancia en el aeropuerto, permitiéndote recorrer las tiendas si lo deseas o sentarte cómodamente mientras esperas tu vuelo sin demasiadas maletas.
- Facturación on-line. El mero hecho de saber que tienes organizada esta parte del viaje puede ayudarte a relajarte un poco. Reserva tu asiento preferido en el avión si lo deseas.
- Organiza con antelación el transporte al aeropuerto, la ruta y el aparcamiento. Una vez más, saber cuánto tiempo vas a tardar y dejarse tiempo suficiente para cada etapa del viaje te ayudará a estar tranquilo en el momento de salir de casa.
- Deja siempre un poco de tiempo extra para las cosas de última hora que puedan causar contratiempos imprevistos en tus planes de viaje.
- Una vez que tus maletas hayan sido enviadas, averigüa tu puerta de embarque, en qué dirección está y a qué hora se espera que llegues a ella. Si no tienes una puerta de embarque asignada a tu llegada al aeropuerto, no pierdas de vista los paneles de salida y anota mentalmente cuándo debería aparecer tu número de puerta. Intenta encontrar un lugar para relajarte con el tablero de salidas a la vista, o da un paseo por las tiendas si prefieres seguir moviéndote.
- Durante todo esto, bebe regularmente agua para mantenerse hidratado. Las investigaciones revelan que incluso una ligera deshidratación aumenta el estrés y la ansiedad, provoca dolores de cabeza y hace que los ánimos se pierdan y se alteren; que es lo último que cualquiera de nosotros necesita al principio de nuestras vacaciones.
Mientras vuelas
A algunas personas les encanta todo lo relacionado con la experiencia de volar; el hecho de poder desconectar literalmente y dejar que otros se encarguen del servicio de bebidas y comida, ver una película, echar una cabezada o leer un libro o una revista favorita. Para otros, la experiencia puede ser menos relajante.
Pero sea cual sea tu posición en el espectro de disfrute de los vuelos, hay una cosa que todos tenemos en común. La forma en que nos comportamos a bordo puede influir en cómo nos sentiremos una vez que desembarquemos y puede influir en el impacto del jet lag una vez que lleguemos a nuestro resort.
Prueba nuestros sencillos consejos para el vuelo:
- La regla número uno es evitar o limitar muy cuidadosamente el alcohol mientras se vuela. El alcohol provoca deshidratación y puede hacernos sentir cansados y estresados.
- A continuación, evita las bebidas que contengan cafeína, como los refrescos de cola, el chocolate caliente, el café y el té, si estás tratando de recuperar el sueño una vez a bordo.
- Mantenerse bien hidratado es un consejo bien conocido y esto significa beber agua a sorbos regularmente mientras se vuela. Es preferible el agua natural a la con gas para reducir el riesgo de hinchazón.
- Beber agua con regularidad significa que tendrás que saltar para ir al baño a bordo, pero esto en sí mismo es algo bueno, ya que te da la oportunidad de moverte y mantener la circulación.
Una vez que llegues
Una vez que hayas llegado a tu destino soñado, esfuérzate por continuar con lo que empezaste en el vuelo y come y duerme a la hora apropiada para tu nueva zona horaria... no las que dejaste en casa.
Por mucho que te apetezca echarse una siesta al llegar, haz lo posible por no hacerlo, aunque se acerque la hora de acostarse. Mantenerte activo, por ejemplo, dando un suave paseo o nadando, ayudará a tu cuerpo a adaptarse más rápidamente y a mantenerte despierto.
Pasa tiempo al aire libre en lugar de esconderte en tu habitación de hotel, aunque te resulte tentador hacerlo. La luz natural ayudará a que tus ritmos circadianos se adapten más rápidamente.
Si sientes hambre a horas extrañas, intenta picar fruta u opciones ligeras como un puñado de frutos secos. Si sientes que tu cuerpo te pide una dosis de azúcar, recuerda que el mango, la piña, la papaya y los plátanos están llenos de azúcares naturales de absorción más lenta que te ayudarán a conseguirlo y te aportarán vitaminas, minerales y antioxidantes en abundancia.