Turismo por Marrakech
Además de ser el destino turístico más popular de Marruecos, la magia de Marrakech reside en el color y el caos de los zocos, pero con un alojamiento y una gastronomía sofisticados, Marrakech también está perfectamente situado para experimentar mucho más de lo que ofrece el país. La ciudad se encuentra al borde de las áridas llanuras, con las vistas rurales y las poderosas montañas de la región del Atlas justo a su puerta, pero aún así lo suficientemente cerca de la costa atlántica.
Marrakesh ofrece un montón de excursiones para cuando el cansancio de recorrer la Medina empiece a desgastarte. Planea tus aventuras con ésta lista de las mejores excursiones de un día en Marrakech.
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1. Valle de Ourika
A unos 77 kilómetros de Marrakech, los pueblos de los valles montañosos del valle de Ourika son una de las cosas más populares para hacer fuera de la ciudad. Los pequeños pueblos y ciudades, rodeados de exuberantes huertos y campos, son una buena escapatoria del calor de la ciudad y proporcionan una rápida instantánea de la típica vida rural marroquí. Si planeas un viaje para el lunes, no te pierdas el mercado semanal que se celebra en el pueblo de Tnine, que está lleno del bullicio y el colorido de la vida local.
Al final de la carretera se llega al bonito pueblo de Setti Fatma, con sus cascadas (la atracción turística más famosa del valle de Ourika) en la colina que se encuentra encima del pueblo. La caminata hasta las cascadas es la principal actividad aquí para los excursionistas de un día.
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2. Essaouira
Un encantador paseo marítimo desde la laberíntica medina de Marrakech, Essaouira, a 184 kilómetros, tiene mucho más que ofrecer que las frescas brisas marinas. Situada en primera línea de mar, la zona del casco antiguo de Skala es el principal punto de interés para los visitantes, con sus murallas y murallas fortificadas bien conservadas que datan del siglo XVIII.
Caminar a lo largo de las murallas es una forma maravillosa de disfrutar de las vistas del mar y del puerto pesquero de Essaouira, lleno de coloridas embarcaciones de balanceo. Justo en el interior de las murallas, el casco antiguo es un serpenteante garabato de calles estrechas en las que se pierde. Aquí se encuentra el Museo Sidi Mohammed Ben Abdallah, con una bien conservada colección etnológica de trajes, textiles, fotografía e instrumentos musicales en un riad restaurado (casa palaciega tradicional marroquí).
Las empresas turísticas de Marrakech ofrecen numerosas visitas guiadas y visitas en grupo a Essaouira.
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3. El desfiladero de Dadès
Los profundos y verdes valles entre las paredes de color rojizo del desfiladero del Dadés son un territorio ideal para el senderismo, con excelentes posibilidades para el día, así como para la noche entre el desfiladero del Dadés y el desfiladero del Todra. A unos 309 kilómetros de Marrakech, el valle alberga bonitos pueblos y fértiles huertos frutales, así como extrañas y estrafalarias formaciones rocosas talladas en su forma por milenios de acción del viento.
La poderosa Kasbah de Ait Youl, construida por la dinastía Glaoui, con paredes de ladrillo de barro y una posición elevada con vistas a las montañas, está a sólo unos pocos kilómetros de la zona del desfiladero y definitivamente vale la pena hacer una parada antes de aventurarse más lejos en el desfiladero para hacer más turismo. El fantástico, y ligeramente aterrador, tortuoso camino de vuelta que tienes que atravesar para entrar en el valle es uno de los aspectos más destacados de una visita aquí.
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4. Oukaimeden
Para completar el circuito por Marruecos sobre todo para tí que eres un aficionados al esquí, Oukaimeden es la principal guarida de invierno. Es la principal estación de esquí del país, situada en un impresionante paisaje alpino a unos 78 kilómetros al sur de Marrakech. La temporada de esquí dura de diciembre a febrero, pero incluso cuando no nieva, vale la pena hacer un viaje por carretera.
La ruta a Oukaimeden te lleva a través de las colinas que se extienden en terrazas y pueblos dormidos abrazados por las colinas mientras subes a las montañas ondulantes y estériles. El alojamiento de Oukaimeden es bastante sombrío y demasiado caro, lo que hace que merezca la pena tratar un viaje de un día desde Marrakech para esquiar o, en verano, para hacer turismo.
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5. El paso de Tizi-n-Tichka
Rodeada por un majestuoso paisaje montañoso, la carretera entre Marrakech y Ouarzazate atraviesa el paso de Tizi-n-Tichka, a unos 120 kilómetros de Marrakech, y es uno de los mayores viajes por carretera de Marruecos. Para muchos viajeros, esta es la puerta de entrada al desierto, pero para aquellos que sólo buscan un viaje de un día, conduciendo esta carretera es una gran manera de disfrutar del cambiante paisaje de los huertos y granjas de las tierras bajas hasta las alturas de las montañas del Atlas.
Un gran desvío de la carretera principal a lo largo del camino es el pueblo de Telouet, que tiene una kasbah de Glaoui bien conservada.
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6. Cascada de Ouzoud
Esta serie de cascadas, muy popular tanto entre los marroquíes locales como entre los visitantes extranjeros que desean descansar del calor de la ciudad, se encuentra a unos 150 kilómetros al norte de Marrakech, en el cañón Oued el-Abid. El agua aquí cae en picado sobre tres terrazas, dejando caer un total de 110 metros hasta el fondo del cañón.
Hay numerosas plataformas de observación donde se puede observar el agua estruendosa en el camino hacia la base del cañón, y a lo largo del sendero, hay una gran posibilidad de ver monos de Berbería. Los mejores meses son entre marzo y junio, cuando el deshielo del invierno produce más agua.
La excursión de un día a las cataratas de Ouzoud es una buena opción si quieres experimentar estas famosas cascadas sin pasar la noche. Un guía local experto te mostrará los mejores puntos de observación en un paseo de una hora hasta el fondo. Se ofrece tiempo libre para aquellos que quieran caminar más lejos o meterse en el agua en un barco. El transporte está incluido, con recogida y entrega en los hoteles de Marrakech.
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7. Mezquita Hassan II
Una de las mezquitas más modernas del mundo se encuentra en la capital de negocios de Marruecos, Casablanca, a unos 242 kilómetros de Marrakech en la costa atlántica. La Mezquita Hassan II fue diseñada por el arquitecto francés Michel Pinseau y construida entre 1986 y 1993, con un costo aproximado de 583 millones de euros.
La mezquita es una sorprendente mezcla de estilos tradicionales árabe-andaluces y contemporáneos, con lujosos detalles en azulejos de zellige (mosaico marroquí), enlucido de tadelakt y tallado. Su minarete se eleva por encima del complejo y, con 210 metros de altura, es el minarete más alto del mundo, mientras que el edificio de la mezquita es el tercero más grande del mundo.
La entrada a los no musulmanes se realiza mediante visitas guiadas, que tienen lugar cuatro veces al día entre lunes y jueves y tres veces al día los viernes y sábados.
