Santa Monica Pier
Está abierto de forma ininterrumpida durante todo el año y supone todo un lugar animado rebosante de entretenimiento musical y teatral y otras actividades para toda la familia en Los Ángeles.
Un poco de historia
Desde la diversión en el muelle, que incluye un carrusel histórico o una noria accionada por energía solar, la playa llena de bañistas hasta un paseo por la calle para ir de compras y cenar en el paseo de Third Street Promenad.
El muelle más entretenido de todo California es el de Santa Mónica. Puedes viajar por la costa y no encontrar nada parecido ¡en ningún sitio! Este lugar es una parada obligatoria en tu viaje por la costa oeste de Estados Unidos.
Santa Mónica abrió su primer muelle en 1909 para llevar la basura a la costa. En el apogeo de Coney Island, cuando todos los destinos de playa de California comenzaron a atraer a los turístas con exóticos paseos en muelles y vistas junto al océano, San Mónica reclamó su lugar con un muelle llamado Santa Mónica Pleasure Pier, inaugurado por el conocido constructor de carruseles Charles Looff.
Las famosas tormentas de principios de la década de 1980 dañaron el muelle de Santa Mónica en una zona de 45.000 pies cuadrados de su cubierta. Los ciudadanos y el comité del muelle se pusieron rápidamente en acción para reconstruirlo. El proyecto tardó 6 años en completarse entre 1983 y 1989. Sin embargo, la inauguración oficial no tuvo lugar hasta 1992.
Se estima que alrededor de 4 millones de visitantes caminan por el Muelle de Santa Mónica anualmente, cenando en sus restaurantes, montando las diversiones a la antigua usanza y jugando juegos.
Ruta 66
En 2009, el Muelle de Santa Mónica fue declarado como el final occidental oficial de la Ruta 66, que se conmemora con un letrero de la Ruta 66. Los visitantes que terminan su recorrido en Santa Mónica pueden recoger un certificado de finalización de la Ruta 66 en cualquier Centro de Visitantes de Santa Mónica.
Actualidad
Recomendamos ir a visitar el muelle de Santa Mónica antes del anochecer para que puedas ver la puesta de sol, ese momento no tiene precio. Además, cuando llega la noche, desde el muelle se puede ver como la noria del Pacific Park abre sus luces y como, también, toda la ciudad queda iluminada.
Podrás disfrutar de un momento más tranquilo lejos de la multitud en el mirador del segundo nivel del edificio del hipódromo. La mayoría de los visitantes se pierde esta parte del muelle y por eso es un punto asombrosamente tranquilo desde el que disfrutar las vistas del océano.