¿Por qué Malta es un destino ideal para viajar?

¿Te gusta la idea de viajar a un país bendecido con más de 300 días de sol al año y que está a sólo un poco más de tres horas de vuelo? Entonces te encantará Malta, un archipiélago de cinco islas en el Mediterráneo central. Sí, tiene playas, desde franjas de arena dorada con suaves pendientes, ideales para unas vacaciones familiares sin preocupaciones, hasta calas remotas para ávidos buceadores, pero también tiene una capital catalogada por la UNESCO que es un destino por derecho propio, con una historia fascinante que ha dejado su huella en todo, desde la comida hasta la arquitectura, y una escena de festivales que va desde lo más fresco y extravagante hasta lo más tradicional. Si a esto le añadimos la reputación de amabilidad de los lugareños, que lleva siete años seguidos encabezando el Índice Arco Iris de ILGA-Europa, entenderemos por qué tanta gente se ha enamorado de esta pequeña nación.

Aventuras en libertad

Hay un número sorprendentemente grande de formas divertidas de explorar Malta, y su isla hermana Gozo. Las islas son fabulosas para el senderismo, y es fácil salirse de los caminos trillados y adentrarse en la naturaleza virgen. Los meses de octubre a mayo son los más propicios para el senderismo, pero puedes realizar excursiones guiadas por la costa occidental de Malta, que incluye paradas para nadar y bucear en bahías recónditas. Si quieres cubrir un poco más de terreno, puedes ir en bicicleta, además si no has probado antes una bicicleta eléctrica, este es un lugar excelente para hacerlo: Malta y Gozo son notablemente montañosas, y agradecerás especialmente la ayuda de tu motor para subir a Mdina, la antigua y atmosférica ciudad amurallada que fue la capital de Malta. Si quieres cambiar las dos ruedas por las cuatro patas, hay tranquilos senderos para montar a caballo, donde podrás disafrutar de las vistas que ofrece Malta antes de terminar con una impresionante puesta de sol junto al mar. Si deseas algo diferente, puedes recorrer los lugares más destacados de Gozo en un tuk-tuk o salir en un Rolling Geek -un buggy eléctrico guiado por GPS- para descubrir las increíbles vistas de la histórica zona de las Tres Ciudades, cerca de La Valeta.

Junto al mar o en el agua

En las islas maltesas, hay más formas de disfrutar de las aguas azules y transparentes del Mediterráneo que el remo ocasional en una playa dorada. Mientras que las aguas tranquilas y poco profundas de Mellieħa Bay son una gran opción para los huéspedes más jóvenes, también podemos llevarle a Għajn Tuffieħa, donde la tranquila franja de arena rojiza es perfecta para observar serenamente la puesta de sol, o a una enorme piscina natural rodeada de plataformas rocosas donde podrás tomar el sol, entre sesiones de buceo. Quizá la opción más relajante sea salir a pasar el día a Gozo y Comino en un velero tradicional de madera, donde lo más destacado es una parada en la bien llamada Laguna Azul: el agua es de un vívido color turquesa y el mundo submarino también es un derroche de color.

Comida fabulosa

Gracias a su situación estratégica, Malta ha sido gobernada por un vertiginoso número de potencias extranjeras -desde los fenicios, romanos y árabes hasta los Caballeros de San Juan, los franceses y los británicos- y eso se nota en la cocina local. Hay una clara influencia árabe en los pasteles fritos rellenos de dátiles, cítricos y especias conocidos como Imqaret, mientras que los sabores de la Provenza brillan en el plato nacional, un rico guiso de conejo que se deshace en la boca. Además, los malteses tienen fabulosos ingredientes locales con los que trabajar, desde el magnífico marisco hasta las frutas y verduras maduradas a la perfección bajo el cálido sol, por lo que incluso un simple plato de tomates y queso de Gozo es memorable.

Una gran abundancia de monumentos

El impresionante asentamiento principal de Malta es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por derecho propio, y hay otros dos para que los aficionados a la historia los disfruten. Podrías pasar fácilmente varios días gozando de las vistas y el ambiente de la capital fortificada de finales del Renacimiento, con sus bastiones de piedra de color miel, sus palacios y sus calles empedradas, y no querrás perderte el famoso Caravaggio (el único firmado que existe) en la fabulosa concatedral barroca de San Juan o las históricas Tres Ciudades de Vittoriosa, Senglea y Cospicua, que se encuentran justo al otro lado del Gran Puerto de La Valeta. En La Valeta hay otro lugar declarado Patrimonio de la Humanidad: el hipogeo prehistórico de Ħal Saflieni, un lugar de enterramiento subterráneo descubierto en 1902. El trío de tesoros incluidos en la lista de la UNESCO lo componen los templos megalíticos repartidos por Malta y Gozo, construidos hace la friolera de 5.500 años.

Fiestas y festivales

En este idílico lugar se legan a celebrar cerca de 60 fiestas tradicionales de verano que se celebran en los pueblos de Malta y Gozo en honor del patrón local. Las procesiones, las bandas de música, los puestos de comida y la abundante decoración de las calles, además de los fuegos artificiales que se lanzan al anochecer, hacen que asistir a una de ellas sea algo que no se olvide en mucho tiempo. Si prefieres los festivales con un toque más contemporáneo, Malta también los hace muy bien. El Lost & Found de Annie Mac, que cuenta con un cartel de actuaciones de baile, se extiende por escenarios insólitos como playas, barcos e incluso un castillo. Si prefieres algo más alternativo, Earth Garden reúne música, arte y cultura, mientras que Rock the South presenta a los mejores talentos de Malta.

La temporada perfecta para viajar

La mejor temporada para viajar a Malta, pese a que cualquier momento es bueno para ir, sería durante los meses de abril a junio, además de los meses de septiembre y octubre, ya que son los meses con las temoperaturas más suaves, las cuales no disminuyen de los 25 grados.

Tiempo en el que debes estar en Malta

Para disfrutar a fondo de este maravilloso país, lo mas recomendable es que te alojes en este como mínimo de 4 a 5 días para que dispongas del tiempo suficiente de visitar cada uno de los majestuosos monumentos mencionados anteriormente, así como de poder disfrutar de sus playas, sus azules aguas, su variada comida y sus conocidas festividades.